Captan nido estelar escondido en nebulosa desde Cerro Tololo
La Cámara de Energía Oscura situada en el Observatorio de Cerro Tololo detectó este verdadero charco de tinta cósmica. Este tipo de nubes son la cuna de la formación de estrellas, y son tan densas y frías que sus átomos se unen entre sí para formar moléculas.
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La Cámara de Energía Oscura situada en el Observatorio de Cerro Tololo detectó este verdadero charco de tinta cósmica. Este tipo de nubes son la cuna de la formación de estrellas, y son tan densas y frías que sus átomos se unen entre sí para formar moléculas.
La sombra que se proyecta en medio del campo de estrellas de la imagen, y que se la conoce como nube molecular Circinus Oeste, corresponde a una guardería estelar donde las estrellas incipientes se encienden a partir de zonas densas y frías de gas y polvo, mientras que chorros de salida lanzan el material sobrante al espacio.
El exquisito detalle de la fotografía se logró gracias a la Cámara de Energía Oscura de 570 megapíxeles del Observatorio Cerro Tololo, en Chile, una de las cámaras digitales más poderosas en el mundo fabricada por el Departamento de Energía de Estados Unidos.
Esta sombra sinuosa en medio de un área repleta de estrellas, es la nube molecular Circinus Oeste, una región rica en gas y polvo conocida por albergar a estrellas recién nacidas. Este tipo de nubes son la cuna de la formación de estrellas, y son tan densas y frías que sus átomos se unen entre sí para formar moléculas. Algunas de estas nubes, como Circinus Oeste, son tan densas que la luz no puede atravesarlas y por ese motivo incluso se las conoce como nebulosas oscuras. Pero la creciente población de estrellas jóvenes de la nube ha ofrecido a los astrónomos una fuente rica en información sobre los procesos que impulsan la formación estelar y la evolución de las nubes moleculares.
Cámara de Energía Oscura
Esta imagen fue capturada por la Cámara de Energía Oscura (DECam, por sus siglas en inglés) que fabricó el Departamento de Energía de Estados Unidos, y que se encuentra instalada en Chile, en el Telescopio Víctor M. Blanco de 4 metros del Observatorio Interamericano Cerro Tololo, un Programa de NOIRLab de la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos. La fotografía muestra la porción occidental de la gran nube molecular Circinus, un impresionante objeto astronómico ubicado a unos 2.500 años luz de la Tierra en la constelación de Circinus. La nube tiene un diámetro de 180 años luz y una masa 250.000 veces superior a la del Sol.
Circinus Oeste es conocida por albergar una docena de objetos estelares jóvenes, es decir, estrellas que están en sus etapas primarias de desarrollo. A pesar de estar envueltas en densas áreas de gas y polvo, estas jóvenes estrellas se dejan entrever, ya que al realizar un acercamiento a la imagen es posible ver varias pistas de su presencia salpicando las oscuras grietas de Circinus Oeste.
Un indicio de la presencia de estrellas recién formadas son los escasos focos de luz que aparecen entre las turbias nubes. Esta luz emana de estrellas en formación activa, en tanto que las cavidades que las rodean fueron esculpidas por flujos moleculares, o sea, potentes chorros expulsados de protoestrellas para liberar el gas y el impulso acumulados durante la formación. Estos energéticos flujos de salida son más fáciles de encontrar para los astrónomos que las propias estrellas incrustadas, y constituyen una poderosa herramienta para estudiar las incubadoras estelares.
Los múltiples puntos brillantes que se ven en medio de la oscura franja central que atraviesa la imagen, corresponden a estrellas jóvenes que han expulsado el material que las rodea. Estas grietas oscuras que se parecen a una mano estirada hacia abajo con dedos largos y sombríos, se la conoce como región Cir-MMS. Cerca del centro de esta zona, la radiación de una estrella recién nacida está excavando una cavidad en el interior de la opaca nube, mientras que en el extremo inferior izquierdo de la nube central, otra estrella anuncia su nacimiento con una explosión de luz.
Otra señal de formación estelar es la presencia de objetos Herbig-Haro (HH) que corresponden a pequeñas nebulosas rojas que parecen manchas de este color que comúnmente se pueden encontrar cerca de las estrellas recién nacidas. Estos objetos se forman cuando el gas de alta velocidad expulsado por las estrellas choca con el gas de baja velocidad de la nube molecular circundante o del medio interestelar. El escaneo visual de Circinus Oeste revela innumerables objetos HH. A la izquierda de Cir-MMS, tres objetos HH recién descubiertos se pueden apreciar revoloteando por las nubes oscuras.
El estudio de los flujos de gas saliente de Circinus Oeste puede ofrecer información valiosa sobre el proceso de formación estelar y revelar el impacto que tienen las estrellas jóvenes en su entorno. Con esa variedad de flujos de salida, esta nebulosa constituye un laboratorio natural para estudiar no solamente el ciclo de vida de las estrellas, sino también la dinámica de las nubes moleculares y los mecanismos que influyen en la evolución de las galaxias. Los masivos flujos de salida de gas que ocurren aquí se pueden parecer a las condiciones en las que se formó nuestro Sistema Solar, proporcionándonos una visión de los procesos que condujeron a nuestra aparición en el Universo.
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